Durmiendo

Mi mano ya duele,
de tanto sobre vos escribir.

Mi boca extrañándote,
calla.

Mis brazos,
necesitando los tuyos,
al lado de mi cuerpo quedan.

No hay nada por hacer.

Mis pies,
deseosos por correr hacia vos,
no hacen mas que lento caminar,
ningún objetivo irán a encontrar.

Mis ojos,
permaneciendo cerrados ya,
recuerdan los tuyos,
ese Sol inalcanzable.

Mi corazón, duerme hace tanto ya,
para no recordar
cuanto te quiere,
y te necesita.

 

CUANTA AUSENCIA PLASMAN TU LETRAS AMIGA,ME GUSTO LEERTE.UN SALUDO.

 

Hola Cata:
A veces la persona que tiene un alto nivel de entendimiento, pone éste sobre el llamado del corazón.

Al racionalizar, nos damos cuenta que aunque las probabilidades sean muy pocas, nos gustaría ver que "el sol salga de noche"

En todo caso, al leer tus escritos percibo la lucha entre el corazón y la mente, el dolor y el carácter, el abandono y la voluntad... Pero en el fondo de la lucha, una verdadera, sensible mujer intelectual.

Un abrazo