El adios..

Nunca fui amante del recuerdo, apasionado por las despedidas o ansioso por ver morir el amor con el veneno de la rutina. Qué dirás si te digo que nunca supe mantener los sueños, que mis esperanzas se han quebrado mas que mil espejos y he lanzado deseos por todos los rincones del cielo sin conseguir que uno me guíe por un buen sendero. Qué dirás cuando las noches solo envuelvan en las sabanas el silencio, cuando las sonrisas solo sean el eco del recuerdo y nuestros ojos se desvíen buscando encontrar en el vacío lo que vimos al comienzo. Sabré entender tus huidas, los pretextos, las frases inconclusas donde terminarlas significaría el fin, el último latido, el pulso estático, tus labios fríos. Será que nunca supe mantener un abrazo por mucho tiempo, que el calor se va luego del primer invierno, que mis ojos esconden cicatrices, que mi mirada intenta decirte el intenso dolor que sufre mi cuerpo al querer sentir de nuevo. No sabremos las recetas, la eternidad que nunca llega, las lágrimas, mis viejas mañas o tus histéricas maneras. No sabremos que hacer con el baúl de promesas, con tanta sobredosis de una transitoria belleza. Que dirás cuando todo desemboque en la incertidumbre de tu adiós, en el sutil sonido de tus maletas arrastrándose por el salón, la puerta simulando una división de planetas, tus tacos golpeando las aceras, mis manos maltratando las cuerdas de una guitarra desecha. Y otra vez, a empezar de vuelta.-