El atajo.

En el atasco, encontré la solución:
Abandono esta lenta persecución.
Me voy por una calle poco transitada,
para mí, desconocida.





Viro a la izquierda, ¿ Soy un entrometido ?


Callejeo en línea recta, por el pavimento empedrado.
Adoquines que alimentan a los amortiguadores Monroe.
Es un barrio silencioso y estrecho, poco poblado.
Y alcanzo una salida:


¡ He ganado hospicio, en la Gran Avenida !


Coincido con los pacientes,
en el mismo semáforo.
Cien metros después, y sin rasguños o heridas.
¡ Esto es vida !


Moraleja: " Si improvisas, sobre la marcha,
a veces, adelantas a vehículos que estaban en cola.
Mola mazo, como dirían en Madrid.
Está padrísimo, dicen en Méjico. ¡ Oh, mi Gozo ! "

 

Improvisar o no improvisar he ahí la cuestión? Jeje...un fuerte abrazo mi estimado Nommo

 

Efectivamente, a veces, hemos de cortar por lo sano.
Para que no se gangrene la pierna entera.
Si la esperanza es un Bien, pero abusamos de nuestra paciencia...
La vida parece volverse trágica. Y era mágica.
Era contundente.