El condenado

¡Maldita sea la noche
en la que todo acabó!

La miseria me envolvió
y me empujó a la locura.

Vago por los caminos de
la amargura, sin dejar
rastro ni huella.

Solo si recuerdo los
días mejores, se me
hacen rápidas las
horas venideras.

La incesante lluvia me
condena a ver crecer
a los árboles y con
ellos mi pena.

Sensación de carga y
culpa, esa es mi única bandera.

El viento agita mi lamento
y las campanas de la
soledad retumban contra
lo que siento.

Sucumbiendo hacia lo desconocido,
muero por haber perdido la conciencia.​

 

cassandra Van, un placer visitarte. Felicidades.

Saludos,

 

Muchas gracias y encantada, Rogelio

 

Hola Cassandra, este primer poema tuyo
lo he sentido un poco doloroso,
con ese dolor que sentimos cuando
llevamos un gran peso que nos duele
en nuestro interior. Un abrazo.

 

Unas letras nos dejas en este poema donde el dolor
se apodera de tu pluma de principio a fin en esta
profunda inspiración que llega al lector de una manera
sublime. Ha sido un placer leerte.
Un abrazo. Tere

 

Dolor y pérdida reflejada en estos sentidos versos, una agradable lectura Cassandra, sea bienvenida.

 

Todavía me sorprende como mis versos pueden llegar a expresar justamente lo que siento en el momento que son escritos, yo apenas me doy cuenta, pero aquellos que los leen siempre describen a la perfección lo que se pretende. Agradezco mucho los comentarios, sin duda animáis a que una siga. Gracias.

 

Trasmites muy bien en el poema la angustia y la pena interna, me gustó.
Saludos Cassandra.

 

Muchas gracias, Mave. Me siento bastante identificada con "Memoria abierta", lo he leído y me ha gustado mucho

 

esa es la vida del condenado...un placer visitar su espacio, que tenga buenas noches.

 

El placer es siempre mío, Ministro O.
Buenas noches