El descanso

La noche indeleble se hace eterna.
La luna subyuga en un ritual a la memoria,
y menguan las sombras los cuerpos.

Los vientos atraviesan mi existencia.
Algo me susurra la marea de piel morena,
señalándome la tierra endeble que piso.

(Caen perennes mis párpados de acero.
Mi gélida piel aprieta mi carne,
como una hojalata implacable.

Yertos relojes agonizan en mi regazo.
Y desfilan cementerios irreales
frente a mi muerte)

 

Muy buen poema, Sebi... no sé como no tiene comentarios. Un besote grande.

 

hermoso poema,..... sólo pienso que la muerte no un descanso sino se va en paz con la vida