El final.

Volví a fumar, vaya mierda la verdad,
no estoy adaptado a eso de fracasar.
Lo que más me tocó fue esa excusa,
en vez de un "¿Pa' dónde vas, chaval?
Eres un imbécil y no te quiero ver más".

Si me lo hubiese dicho así, me habría de pelar,
pero ¿por qué una excusa se tiene que currar?
Y me puse a fumar para olvidar,
por unos instantes, mi cagada monumental.

Ahora solo me apetece volverme a drogar
una vez más, para acabar de olvidar,
que un payaso soy y como un payaso,
todos me tratan, todos me ven pasar.

Así me hundo en este abismo voraz,
un refugio efímero en la niebla de humo,
donde mi alma busca, en un rincón oscuro,
escapar de un destino que no puedo cambiar.

Mas sé que en el fondo está la verdad,
no es la droga ni el humo mi hogar,
sino hallar la fuerza para poder levantar
el ánimo roto y volver a empezar.

Demomento no escribiré más sobre estos temas, ya que me ya cansa un poco no

 

Siempre es grato conocer las letras de nuevos poetas.
Un fuerte abrazo.

 

Pues mucho ánimo, poeta, escribiendo los sentidos se despiertan, las auroras brillan y las depresiones se alejan. Un abrazo fraterno con la pluma del alma. Buen día