El mosquito

El mosquito

Adiós, buen viaje, adiós, adiós mosquito
que vuelas sin un rumbo entre las cosas;
no quiero verte más las vergonzosas
operaciones hartas de chupito.

Adiós, adiós, cabeza de chorlito,
que te vaya bonito en pegajosas
maniobras de chupóptero y babosas:
lárgate de mi mundo, adiós, bichito.

Beodo zarapito, bicho esclavo
del zumo que te acaba y que te pierde:
aléjate zumbando a otro planeta.

Insecto absorto en luz de chichinabo,
-se pone en rojo y tú lo ves en verde-
ya has perdido del todo la chaveta.

 

El vuelo de la mosca, mosquito en este caso, atrapó tus letras. Y no lo vistas de falta de chaveta, es que es intrigante perdernos en sus tretas. Muy melódico y fresco... una lectura entretenida. Un gusto siempre.

 

Lo tenía pitándome al oído y no he podido resistirme.

Graciad y saludos

 

Una rana a tiempo y adiós mosquito.
Luego es peor aguantar al batracio, claro.
Saludos.

 

Más vale malo conocido...

Graciad y saludos

 

Muy divertido tu soneto, que ya Quevedo dedicó también al "cabronazo" del mosquito. Un abrazo.
Miguel.

 

Gracias.

Voy a mirar ese soneto que me dices.

Saludos

 

He leído el soneto en cuestión. Me es imposible no admirar a Quevedo, ni dejar de sorprenderme por la libertad de que gozaba para tratar cualquier tema en sus sonetos también, por cierto.

Un cordial saludo

 

Quevedo gozó de libertad para escribir, pero le costó cárcel, el poema que le dejó en una servilleta al mismo Rey Felipe IV. También le dedicó otro poema al todo poderoso Conde Duque de Olivares. Si no los has leído son una auténtica joya. Un abrazo muy cordial.
Miguel.

 

Voy a investigar. Gracias por la recomendación.

Tengo que confesar que, sin haber leído el poema de la servilleta que le costara trena a Quevedo, se me hace muy cuesta arriba pensar que el muy zorro dejara algo comprometedor en en semejante soporte. Lo primero que se me viene a la cabeza es que alguien debió plantarlo allí para incriminarlo.

En fin, a ver qué tal esa lectura.

Saludos