El reflejo:

Un ático apenas iluminado,
Con unos cuantos rayos de luz,
Que el sol muy lleno de bondad le da,
Dejando al descubierto una gama de recuerdos.

Es entrar a el y un aire conocido envuelve mis sentidos,
Imágenes de mi niñez que recobran la vida,
En colores y aromas,
En cosas que en valor se desbordan.

Me siento en el centro del suelo,
La madera esta tibia,
Hay muchas cajas cubiertas,
Y otras mas de par en par abiertas.

No se por donde empezar,
Hay t antas cosas que quisiera recordar,
Otras tantas que no,
Pero como seleccionar?.

La primera caja a la vista,
En su rotulo dice cosas varias,
Y es que entrar en ella es retomar mis años de escuela,
Cuadernos agendas y libros subrayados en alegres colores.

Crayolas dispersas en su fondo,
Marca libros infantiles que destacaron mis lecturas,
Fotos de compañeros que hoy en día no reconocería,
Pero que mi corazón olvidar no se animaría.

La segunda dice cosas para dar,
Por alguna causa no salieron de mi altar personal,
Esos jeans que ya ni soñar me podría poner,
Ese juego que desenvolvió tantos secretos.

Muñecos que en mi camino se han quedado,
Que en momentos de soledad me han acompañado,
Cajitas forradas de papel de regalo,
Tarjetas y figuritas de álbumes olvidados.

La tercer caja dice olvido,
Creo que no debería abrirla,
Pero no recuerdo que es lo que tiene,
No se trataba de eso precisamente?

De igual manera la abrí,
Y mi corazón muy fuerte empezó a latir,
Muchas cartas sin destinatario,
Muchos diarios íntimos sin concluir.

Pañuelos llenos de rimel,
Y perfumes que había dejado de sentir,
Fotografías de seres que por una u otra causa,
De mi vida se vieron ajenos.

Paisajes de lugares que hasta hoy creo amar con locura,
De escondites muy lejanos que conocí en aventuras,
Corazones recortados con dos nombres ya separados,
Dibujos de estrellas que ya se apagaron.

Con razón decía olvido,
Pues ya había olvidado todo lo que había sufrido,
Con razón estaba tan escondida,
Esa caja llena de tristezas y algunas alegrías.

No voy a negarlo,
De algo me ha servido,
Para darme cuenta de que los años han pasado no en vano,
Sino que de ellos he aprendido.

Ahora soy lo que soy,
Gracias a unas cuantas cajas apiladas,
Que creía olvidadas,
En el ático de mi corazón.

 

Buen cierre el de tu poesía triste y melancolica, Buen trabajo

LUIS

 

La vida que es recuerdo o sus ventanas mirando al futuro... Esas cajitas valen oro en cualquier sentido. Un placer leerte. Saludos.

 

Que genial ha sido leer tan bello poema.

Me llena recordar tambien algunas cosas que me son imposibles de desaparecer de mis adentros, es muy conmoedor leerlo.

La felisito mucho.

Mis mejores deseos para ti.