Elegía.

Este mundo y su miseria,

de vivir por apariencias,

como te va en la feria,

es así como lo cuentas.


Nadie quiere conocerte,

sin linda presentación,

aquí no ayuda la suerte,

genero, cultura, religión.


Tuvo que aprender su sitio,

a nadie le gustan los raros,

si no eres más de lo mismo,

desterrado y excomulgado.


Él era puro corazón,

personalidad distinta,

pero algo se desactivo,

y corrieron ríos de tinta.


Dando cuenta de su vida,

un manual para desastre,

bajo linda lluvia radioactiva,

ninguna cosa buena ni gratis.


Temía pensar tanto,

por ir muy al interior,

modo que va deteriorando,

dicha carencia de afección.


Esa pequeña zona,

que dicta actuar,

dañar a una persona,

sin sentirse mal.


Debe haber algo que hacer,

en un pueblo como este,

salir sin romper cada ley,

confundirse entre gente.


Disfruta del año nuevo,

y también Halloween,

para dispararse al cielo,

salir sin ocultar cicatriz.


Pequeña zona en su mente,

un engrane fuera de sitio,

le dañaba continuamente,

básico instinto daltonismo.


Aquí vienen otra vez,

cambios violentos en ánimo.

querer huir de esa piel,

y despertar en otro estado.


Matando tiempo,

burda distracción,

quien eres dentro,

ángel exterminador.


Matando tiempo,

visitando su nicho,

hace tanto está muerto,

pero nadie le ha dicho…