En clave

Encendida la llama y el velo
que cayó ausente y con gran estruendo,
la seda también hace ruido
al tratarse del desvelo.

Y las compañías absurdas quedaron bajo tierra,
en el universo que ya se conocía,
en la tierra y en el cielo.

Y el clamor a victoria de un triste sereno,
y la conciencia y el arte
de todo lo que es terreno,
y las espinas dorsales con el dorso a ras de suelo,
y las quejas y los llantos que no brindan ya su fuego.

Y las bocas redimidas de tanto besar,
y las flores de otoño siempre a rebosar,
y los dueños del templo alabado y maldito,
y la misteriosa mujer que vestida va de negro.

Esa sombra no me hace cuerpo,
ese olvido con memoria.

Esa llave que no tengo,
esa que abre mi historia.

Mi historia que tuya es.

Mis pasos que se desdoblan.

Psycho

 

Y sin duda algo es clave en este poema, y es que se camina juntos hacia el mismo lugar, grato leerle