Entre luces

Se percibe de mi carne, el pecado,
halo sagrado, sangro para matarme,
milagro fue el placer de condenarme,
me admiro y me veo, aún condenado,

retratando a un ser que he amado,
mas que el vuelo, su desearme,
mas que alas, esperarme,
y me desarmo ilusionado,

conforme los días queman,
la melancolía, gélida humedece,
tronando mis noches, juntas reman,

la incierta dama, a la parca palidece,
porque nunca sus frutos blasfeman,
porque la vida es un eterno, muere y crece,

porque la he escuchado gemir de dolor,
mas allá de cualquier cuento,
mas allá de las estrellas que aún brillan,

la debilidad misántropa,
de una oscuridad que no se controla,

seremos, aún visitantes,

lo que nuestra luz no pueda apagar,
porque el fuego también extingue,

la carencia de motivos nos silencia,

la ausencia de dolor
nos ahoga en transparencias,

la cadencia en nuestra motivación,

la felicidad,

sollozo animal, interno, neuronal,
que como un eco inunda a las almas,

y le otorga a cada mundo
un nuevo cielo por conquistar,

así nos quisiéramos ver,

entre luces.