Espejo encantado

ESPEJO ENCANTADO

¡Deseo ser feliz!, frente al espejo
dijo ella en un tono celestial;
¡Qué surja entre las piedras un reflejo
y se dé quien me haga portar mal!

¡A quien pueda abrazar como a un conejo
y sentir su piel suave angelical!,
¡Siendo dulce... le como hasta el pellejo
y la noche será como un ritual!

En su espejo anidaba un gran encanto,
y el pedido que ansiaba tan sincero
resurgió entre las piedras en un manto.

Destapó su regalo muy ligero
y cayó de rodillas en un llanto...
¡Ella vio como príncipe a un cordero!

Ángel César Cocuzza.
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Desde luego un hermoso soneto con un contenido que conduce al lector hasta el último verso.
En lo formal adolece de las siguientes descuidos:

El acento se te va a 7ª y la medida a 12. Es que, siempre en mi particular opinión, no se debe hacer sinalefa entre vocales cuando la segunda es tónica por más que en esta ocasión vaya precedida por una muda "h".

Más de lo mismo.

Aquí el acento sí que recae en la preceptiva 6ª pero la medida se te viene a 10 sílabas.

Nada que no puedas arreglar con facilidad.


Ya me dirás, poeta.

Un abrazo.

 

Totalmente de acuerdo, Vicente.
Gracias por pasar y marcarme esos detalles.
Un fuerte abrazo.

 

Jejeje. Hay que tener cuidado con lo que se anhela. Si lo hubiese pedido de hombros anchos y cierto vello viril, le aparece el Yeti.

Se lee y se recita bien, opino. Dicen que dicen, aquellos que saben bochas de estas cosas, que hay que esquivarle el bulto a los acentos pegados ("piel suave"), pero te reitero lo que te dije en otra oportunidad: de estos temas, soy guitarrero. En una de esas, aparece alguien, y te dice que "piel suave" suena de diez.
Un abrazo.
Gus

 

Gracias!