Esperanza.

Sus largos dedos enredan mi sedoso cabello,
Mientras hunde su aroma a roces en mi cuello.


Siento su respiracion en mi pecho,
Y a suspiros relaja su cuerpo.


No es pesado, es ligero en mis brazos
Y con un lazo quisiera marcar ese plazo de tiempo.


No quiero parecer intensa pero...
¿Cómo contenerme con su singular forma de ser?


Que en mi despierta sed
Sin resistencia a esperanza y creencia.


Ablanda mi mente
Sembrando un vínculo sutil y realista
Al que sin filtro no me resisto.


Sobre la suave pastura
Debilita mis músculos con sus frágiles besos
Que acarician mi pecho.


Abandono el miedo y a esta tierra
Escapando hacia al cielo de jurada tranquilidad sin tormentas ♡.

 

Una ligera llovizna alimenta el verdor de la hierba...

Sentado frente a la ventana
la vista alcanzaba el horizonte de la memoria.

Lo que se planeó como merienda en el campo
terminó alterando los deseos.
La tela que se suponía era para la comida,
terminó siendo un lecho sobre el prado.
La sombrilla traída para cubrirse del sol,
terminó siendo cortina para ocultarnos.
La comida supuesto almuerzo,
terminó siendo bocados sobre el cuerpo.

Las colinas tenían una curiosa silueta femenina
que despertaba las sensaciones
que antes vivieron sus dedos,
sus labios,
su pecho,
su vientre...
su cuerpo entero levitando
ante los espasmos de la matriz
que visitaba con ternura
y avidez
al calor de sus generosos pechos
que se movían en cada respiro
y en cada embate
de la vida buscando replicarse
en una eternidad instantánea.

La respiración de ambos
se cortó entre las lenguas enredadas
como estaban nuestras piernas
enraizadas para no separar
el acto de retenernos juntos
en un solo cuerpo
sin respirar
hasta que el ahogo nos desmayó
en medio de un abrazo
que anhelo
no se suelte jamás...