Fantasma

Fantasma eres de una mujer
de sueños sin olvido,
fantasma de noches
de ternuras estrelladas.
Quedas en la quietud
de tus labios míos,
de tu cuerpo y mi cuerpo
en un solo cuerpo,
de tus manos mis manos
de tus dedos mis dedos,
en fin, de tu yo nosotros.
Fantasma eres de nosotros,
de nuestros encuentros y noches.
Eres fantasma
de fantasmas ya eternos,
de algo más allá del vacío
y la opulencia,
eres el néctar negro
del silencio de mis labios
y el reflejo del mundo
que no alcanzo.
Yo pudiera tocarte
y hasta alzarte hasta mis ríos
y dormir bajo el sueño
del lecho de los dioses
pero quedo más allá
del espacio prolongado
y de la espera,
esta espera y este adiós a ti,
fantasma.

 

Porque el amor nos descubre,
en los cantos, en la muerte interior,
igual que la luz nos hace visible,
y la sonbra de algún fantasma
siempre ronda...
como queriendo hacernos recordar
que allí hubo un sentimiento.

un placer leerte
cariños y abracito

 

cual moneda lanzada al aire sin otro destino que caer de canto, sin previsibles condiciones, todo es la apuesta de todo o nada sucumbiendo en los imprevistos y ambigüedades. El pasado sumerge lo vivido, el recuerdo alimenta las mañanas.
Hermoso tu comentario, extensión de ideas guardadas en mis versos. Gracias. Abrazos constelados.

 

Como esos fantasmas que en la noche acuden a nuestros pies en violentas sacudidas, despertando la noche con un grito matutino. Un placer tenerte en mis letras, estimada Anita. Besos infinitos.