Fuego.

En veinte años
que llevo
viviendo contigo,
nunca te he tocado la polla
y no eres hermano
ni alma gemela
ni siquiera afín
a mi soledad.

Un extraño árbol
firme en su pradera.

Tal vez, su cóncava superficie
en su tronco, arrebate mi instinto
...femenino.

Y fluya el agua salina...mi lengua
y penetre mi sueño
a tomar por culo.

Te abrazo,
como un torrente que se disloca
y no tiende a llevar su curso
su aliento de agua derramada
y la pena que en ella zozobra.

 

La poesía tiene más rostros, otras caras también. Como el amor.

Saludos, compañera. Un placer haber pasado.

 

Este poema es íntimo, y también, casto y puro.
Por lo visto, santidad no es castidad.
Pero ¡ Mucho ojo ! No nos excedamos.
Santidad no quiere decir tampoco, lujuria.


Sino que se mezcla con la templanza. ¿ Por qué ?


Porque las tentaciones de los demonios, nos enseñan a ser templados.
O sea que el rencor, la venganza, la violencia, las blasfemias, los juramentos, etc...
¡ Todo eso es diabólico ! Claro.


Templanza, pues.


Postergando el ansiado encuentro sexual.
Una buena dosis de Pornografía, es mínima, pero certera.
Como el dardo que da cerca del centro de la diana.
Sólo una vez. Un intento.


Lo demás es abuso. No conviene abusar...

 

Gracias Évano, el placer es mio con tu presencia. Un fuerte abrazo.

 

No te voy a hacer caso. Me parece una doctrina de pastor de iglesia y como oveja negra, pastoreo y desfogo donde me place.