Futuro I

La máquina acelera a golpe de sueño y motor
hematíes hipotecados, ya sin rojo,
que circulan por única vena
sin retorno al suicidio.

Alegre promesa de siglo viejo,
la máquina;
Llega tan rápida, tan ferozmente veloz,
Que ayer, hoy, mañana no es ya tiempo,
es prótesis en hierro, metal o dígito
que desertiza húmedos sexos;
Agua que no sube al ojo.

Y la madre,
la roja,
la verde madre,
sola,
azotada a latigazos de caucho, petróleo o gas,
digna en pie se tambalea
con el rictus de un cristo,
en un rostro, cada vez más delgado.


Isaac Cuende.

 

Cuende, el progreso, la tecnología y con ella la robotización nos van dejando secos, sin lo vital y lo genuíno, sin lo único realmente nuestro. Precioso reclamo al futuro. Para no variar....buenísimo.

 

Triste futuro el que nos pintas... futuro que en muchos casos es ya presente...

Me encantó, por regla general, me pasa siempre con tus cosas.

Saludos.

 

Sobrepongo la esperanza al escalofrío de la máquina y la aúpo sostenida en tus versos.

Un beso

 

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Futurible poético que desgarra el presente. Alegato intenso, bellísimo como todo lo tuyo, Cuende.

Un abrazo y más pompas.

 

Un futuro muy negro nos pintas... propiciado por un presente demasiado gris ¿o negro ya también?

Un beso, Isaac.