Giralda II

Échate un manto de niebla
Giralda, como mantilla,
vente y pasea conmigo
por la calles de Sevilla.

¡Vámonos a pasear
los dos juntos por Sevilla!

No tengas miedo, Giralda,
que no se nota, chiquilla,
¿tú crees que envuelta en la niebla
va a notar nadie que dejas
vacíos de alma y de esencia
los ladrillos y las piedras?

¡Vente conmigo Giralda!,
tú agárrate a mi cintura,
y deja que yo te lleve
por las calles de Sevilla.

Iremos a las Teresas,
justo aquí al lado, chiquilla.
Yo pediré Manzanilla.
Tú que prefieres, Giralda,
¿un Canasta o Manzanilla?

¡Vente conmigo, Giralda!,
abandona tus ladrillos,
ven, pasea por Sevilla.

Saliendo de Las Teresas
mis labios te rozarán,
tú me entregarás un beso,
que somos fieles amantes
y… ¡esperamos tanto tiempo!

Pasaremos por la Alfalfa
camino de Casa Cuesta,
y camino de la Alfalfa,
cuando dejemos atrás
a Santa María la Blanca,
pararemos un momento,
porque quiero presentarte,
a la Virgen Candelaria
que vive en San Nicolás.

Al jamón de Las Teresas,
seguirá en el paladar
la espinaca con garbanzos
que ponen en Casa Cuesta.

Vente conmigo Giralda,
no te lo pienses chiquilla,
tú sabes que te soy fiel
desde la primera foto,
de las, no se sabe cuántas,
que te llevo echadas, niña.

Vente conmigo Giralda,
y pondremos una casa,
para poder estar juntos,
nuestras noches en Sevilla.

Que nadie se va a dar cuenta,
si dejas vacías las piedras
por estar conmigo, niña.

Vente conmigo, Giralda,
¡vámonos a pasear,
luz de luna, bruma o sol,
por las calles de Sevilla!

 

Encantadora poesía a Sevilla.
Un abrazo.

 

Abrazo en el que me fundo, me alegra que hayas pasado y te guste. Saludos Rubén.

 

No mayor que el encontrarte en mis letras. Un abrazo.

 

Un gran poema, un placer leerte.
Un abrazo fraterno poeta.

 

Que yo agradezco, así como tu paso y tu lectura. Abrazo de nuevo.