Gloriosa diversidad

Mi nombre no importa,
soy un reflejo de otros,
fascinado por formas,
y ese delicado rostro.

Soy víctima de fiebre,
en mis noches y días,
y no soy consciente,
si mis labios salivan.

Padezco la condición,
de un ardiente vacío,
se reduce ser lo que soy,
así inicia nuestro desatino.

Soy blanco fijo y mendigo,
tan solo por simple rose,
con cada sentido le sigo,
esencia medidas nombre.

Brilla solo para sí,
su seductor atuendo,
con la atención de mil,
piropo pobre indiscreto.

No necesita leer mente,
puede sentir la energía,
y le son tan indiferentes,
mayoría miradas lascivas.

No le sorprende ardiente,
ser el objeto de atención,
desde enero a diciembre,
quemar más que el sol.

Ya no existe pureza,
el romance devaluado,
todo aquel que se acerca,
anhela sexo y besa la mano.

Es muy predecible el final,
cual interminable frenesí.
fémina gloriosa diversidad,
somos tan frágiles ante ti…