Gondoland

La quiero mucho, porque me escucha.
Yo desembucho. Todos mis problemas, en comunión.
Muy dolorosa. Porque lo tradicional es comulgar felizmente, en el hogar, dulce hogar o Ecclesia.
Participando de la mezcolanza de tribus dispares y pueblos de una misma madre patria.


¿ Me entiendes ? La beso. La abrazo. Le lamo el cuello.


Ella se sorprende y se lleva las manos, a la cabeza.
¡ Oh, certeza ! Me amas y no lo sabía. Te columpias pensando en mí. Qué osadía.
Me dedicas tu deslizamiento por los toboganes. ¡ Caracol resbaladizo !
No eres esquizofrénico ni paranoico. ¿ Cretácico, pleistoceno o paleozoico ?





Nos besamos con lengua. Le palpo un pecho. Arquea su espalda y me muestra sus pies, desnudos.


¡ Ánimo, estúpido ! ¡ Escuálido y famélico ! ¡ Antes de que te devoren los buitres !
¡ Aprovecha este enigma que te ofrezco ! Abro mis piernas.
¡ Lánzate vertiginosamente, pues fallezco !
Ardo en deseos. Eres puro fuego... Yema del huevo de gallina. ¡ Repámpanos !


Bucea. Bucea y nútrete de esta substanciosa obra de arte; en esta parte.


Reúno las piezas del rompecabezas.
Articulo palabra.
¿ Sí ? ¿ Es el postre ? ¿ Tengo derecho ? ¿ Me has elegido ? ¿ Estamos comprometidos ?
Soy tu paciente.


¡ Eres un joven de Parque Jurásico ! ¡ Oh ! Gondoland es tu reino; sorbe, rufián, bebe.

 

Bello e intenso desparrame de locura amorosa. Me gustó, como no, amigo Nommo. Abrazote vuela. Paco.

 

Gracias, Paco. Es que ser un canalla, no es tan feo.
De vez en cuándo...
Pero eso, sí: Un canalla bajo control.

 

Sí, pero alguna certeza, también.
Me columpio, pensando en ella.
Eso no se puede negar.
Gracias por comentar.