Gravedad

Quién te dijo
que quería que pintaras mi cuerpo
para hacerlo tuyo,
de tenerme y creer que soy tuyo,
¿Quién lo hizo?

Qué te hizo creer que podías estar a mi lado
contemplando el ocaso,
en mis caos,
mi desastre,
que podías acompañarme de a ratitos
allá donde suelo ser libre,
adueñarte de mis dudas
hasta hacer de mi empatía
tu lienzo,
tu capricho.

"Déjame solo"
es lo único que pedía,
pues a veces me da por correr
y pensar;
maldita ansiedad que carcome haciendo de momentos,
mis terribles desastres
que desatan mis dudas y me cunden por dentro.

La última vez encontrándome solo,
me sentí más libre de lo que jamás había sido,
por algún motivo creo que me hice más fuerte
y al estar al otro extremo de mi mundo
te vi cerquita desear tenerme a tu antojo,
y con una fuerza sobrehumana
volteé, hasta seguir de largo,
convertido en el demonio
de los cuentos que pregonabas
para atar mi alma a la tuya.

Lo entendí,
me fui y pase de largo,
pase de tu egoísmo manipulador y caprichoso,
lejos ese afán por hacerme tuyo.
Me fui muy lejos,
lejos de tu vida,
tu mundo,
...
de ti.​

 

No hay nada mejor que distanciarse para poder observar sin que la víscera nos ciegue. Como en un lienzo, la pintura se observa de muy cerca o de lejos y así la perspectiva ayuda a concluir la obra...
Felicidades por el poema.

Saludos,

Palmira

 

Creo que el protagonista de tu poema se quiere bastante así mismo y no siente lo mismo por ella si no no diria lo que dice, el amor es entrega y por encima de todo intentar hacer feliz a la otra persona, igual antes la quería y ahora ya no, estaré equivocado pero todo esto me sugiere tu poema amigo escaladegrises. Un abrazo. Paco.

 

Hola Paco, muchas gracias por tomarte el tiempo de interpretarlo. Así es, un viejo amor masoquista.