Grietas.

Pude viajar en la grieta que está en la pared.
Anduve en sus profundidades
llorando errante,
golpeando a los globos de los tardígrados
que estaban preguntando
sobre mi vista triste.

Seguí entonces por los pasos de la grieta
encontrándome con el enorme clavo
que sufría fijo en la pared
sosteniendo un cuadro lleno de recuerdos
de los que no hay retorno.

El camino del alma por la grieta se acabó,
por el corazón de los poemas,
y por culpa creo yo,
del clavo sangrante
de un tiempo pasado.

 

Gracias por esos abrazos en la distancia poeta. A veces hacen falta.

 

Gracias poeta amigo por sus palabras.