Hijos de

Entre dos mundo voy.
Yo te justificaré,
te alegraré.
Yo,
te haré llorar.

Como un bandoneón,
como un tango de verdad.
Pequeña armonía sin Sol,
la Cruz del Sur
dirá el lugar.
Sin magia,
no hay reyes por aquí.

Entre dos mundos vengo,
hambre de nacer;
pronto llegando estoy.
Algo empuja,
me arqueo hacia una claraboya de luz.
Madera joven sin curar,
llueve mucho aquí,
tú me cubrirás.

Yo seré gracias a ti.






(Cuando esté por hacer el mal, recuerda.
Todo el mundo es hijo de alguien.
Por eso este poema bien puede ser dedicado a todo el mundo.
Pero especialmente se lo dedico a aquellos que me trajeron a este.)

 

Excelente Poeta,
dá para un tango,
buen homenaje a los padres,
con tu habitual calidad,
un abrazo,
edelabarra