Homer.

Te amé...
Y te tomé.
De las orejas.
Te besé, en la cintura.


Me pusiste una teja por sombrero.


Fuimos caminando, triunfantes. Me pusiste la zancadilla.
Caí de bruces, contra el suelo, lleno de guisantes verdes fritos.
Un pimiento verde parlanchín, nos recibía, en el monasterio de las Carmelitas Descalzas.
Y sor Gwendolyn Tijuana nos preparó una cama de matrimonio.


¡ Oh, casta Fiorentina ! Hermosos pechos tienes, guapa.


Llaman a la puerta, ¿ Será el lobo feroz, de la Historia Interminable ?
Recuerdo sus ojos grandes y luminosos.
Sus fauces terribles y hambrientas.
Y Atreyu, que es como Mowgli.


¿ Dónde vas, ángel de amor ? ¿ A la isla del tesoro ? ¿ Junto a Robinson Crusoe ?





" Voy a ver el filme del Libro de la Selva.
Comeré palomitas de maíz.
Déjame estar sola. Homer Simpson.
Además, tú no tienes una amante. "


¡ Marge, estamos jugando ! ¡ Marge ! No te pondría los cuernos con ninguna otra.