Huida-.

Voy huyendo

por las transparencias del aire.

Simulando advenimientos

de polvo, de ceniza y de hambre.

Mis argumentos son sólidos

no nado en la abundancia.

Imploro por una sucesión marchita

de cuestionarios imperceptibles.

Lo atroz se acuna en mi mente.

Con risotadas amplias y alargadas.

Con columnas de memoria y dagas

ficticias de frágiles imperdibles.

Dedales ominosos cumplen en mí

su oficio de crótalos indeseables.

Voy huyendo

por las transparencias del aire.

Con huecos en la mirada

y recipientes de saliva y sangre.

Con serpientes anidadas en los troncos

y materiales indulgentes.

Con despertadores amenazantes

y vómitos ocultos en los santorales.

Con estrellas en los ojos y néctares

acuciantes, me nombran para martirizar

un pétalo de rosa rosae.

Salir y despertar

a través del aire.

Que nadie posee,

que nadie enfurece, que

nadie golpea en los asilos

de sus cofias elementales.

Huyendo, hijo mío, por los

adoquines del aire.



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