Imagina que…

Imagina…
Imagina que nos morimos;
intenta describir en tu mirada,
hacia donde subimos;
baila al son de que el cielo nos ha recogido
a ambos /
y no nos ha separado Dios,
ni por los pecados cometidos.
Montemos juntos la nube eterna
que animará nuestros sentidos
cuán versos escribamos, cuán versos escribimos.
Intenta describir la felicidad
sueña conmigo
en la tierra como en el cielo, los dos unidos;
eclipsando las moradas
metiéndole a Dios un tiro,
destruyendo las nubes blancas
vengándonos de lo sufrido;
por nuestros hermanos
los que aquí abajo nos han tendido los brazos
y no nos han puesto normas,
y sin embargo nos han querido.
Vivamos…
Vivamos por un segundo la revolución
hasta que Dios nos halla expulsado de su nido
y quede con sus santos,
sus santos oprimidos;
que nosotros nos bajamos
aunque sea por los años,
por los años que no hemos vivido
y aunque Dios nos mate,
aunque Dios nos mande
al infierno con su eterno enemigo.