Infinitivo.

No sabrías ponerme en duda,
y sin embargo, te atreves a protegerte de mí, ataviada con lanza y escudo.
Como si mi intención no fuera otra que representar un obstáculo, para tu día a día.
¿ Yo me he convertido en tedio, hastío, plomo y sopor ? ¿ Odio, rencor y trauma ?


O sólo trauma, vida mía...





Lo reconozco: Hubo un antes, y un después, y fui hito histórico en la gestación de tu carácter y bizarría.
En tu adolescencia y Juventud, implanté un modus operandi y modus vivendi, pro-supervivencia.
Mientras todo, a tu alrededor, se derretía.
¿ Lo recuerdas ? No había garantías de una Felicidad, si no conseguías admitir en tu seno,


la diversidad. Pues la Felicidad de Eón ( Dios ), es la diversidad de sus hijos.


Para no discriminar a nadie, tuviste que ponerte en duda, a ti misma.
Como René Descartes, en su Discurso del Método. Vibrabas y circulabas, como el agua de un río.
Pues todo fluye, y nada permanece, según Heráclito, el griego. Y aprendiste a bailar.
A madrugar, acicalarte, estudiar, memorizar, dibujar, pintar, callar, aguardar, esperar, soportar...


¡ Infinitivo !

 

Qué bello poema en infinitivo. Contigo a prendió todo sobre todo a amar en infinittivo, je.

 

Lo reconozco, no he entendido nada, a no ser que estés hablando del apócrifo de Judas porque de Jesucristo no hablas a menos que fuera una chica.
¿Quizás de algún ángel que pario a un ser femenino? Puede que sea de lo mejor que has escrito a poco que lo entienda, no conozco de ningún ángel llamado Infinito, al menos de esta parte de la galaxia.
Te vas a condenar bro.

 

Edith, gracias por tu gracioso y alegre comentario.
Fulgencio, mi condena es fumar tabaco.
Mi delito es no amarme a mí mismo.
Eso es todo.

 

estoy pintando!!! grato leerte

 

Tienes que perdonarme Nommo, maldita dislexia visual gramatical adulta, he leído cuatro veces <Infinito>
así que tendré que callar, aguardar, esperar, soportar como me meto la lengua en el culo.

Tienes que tener harta paciencia conmigo
que es la humildad serena que muestras
y me demuestras al soportar inalterable
las más de las veces las idioteces que digo.

 

Fulgencio, no te preocupes, que ya, nos conocemos.
Yo he batallado en este Foro de Internet, contra diversos adversarios.
Pero finalmente, he aprendido que mis asuntos internos no son culpa de nadie más.
Y viceversa. Los asuntos internos de otros, no han de ser mi problema.
Pues yo creía que sí. Yo pensé que era mi misión, arreglar los desbarajustes ajenos.
Y resulta que hay Libre Albedrío, y no son autómatas. No son androides. Son personas, que pueden optar. Y si les hace gracia atacarme, ahí no hay ningún llanto, o tristeza, o duelo. Sino que es gracioso.


Y por ello, todo es relativo. Así que no voy a juzgar.
He aprendido a no enojarme y no reírme.
Porque en Eón ( Dios ) no cabe el enojo, ni tampoco la risa.