Inmune.

Creí que todo sabía,
sobre drama y alegría,
relaciones personales.

Pero llego el día,
en que igual caerían,
vendajes emocionales.

Recuerdo cuando dijimos,
antes que ser enemigos,
mejor retirarse.

El respeto perdido,
por absurdos motivos,
nunca puede recuperarse.

Una gota de sangre,
donde el amor yace,
y aquel sabor a gloria.

El cielo sabe,
soy miserable,
sin ella ahora.

Adiós caricia dulce,
hola incertidumbre,
sea pues el castigo.

Se apagaron las luces,
el pulso se reduce,
y aumentan suspiros.

Quizás ella fuera,
demasiado buena,
para alguien como yo.

Tal vez le aburriera,
bajarle las estrellas,
y ansiaba pasión.

El cielo es testigo,
pudimos ser amigos,
y para siempre durar.

Pero ambos caímos,
ante un virus divino,
que muto en letal.

Triste de nuevo,
en defensas cero,
hoy nada nos une.

Este corazón enfermo,
nunca le advirtieron,
que no sería inmune…

 

No es un corazón enfermo,
a no ser que el seso lo esté,
Pues el encéfalo o cabeza,
necesita otra taza de té.