Jeremías

Nos ha quitado mucho la pandemia,
encuentros familiares, besos, abrazos, celebraciones y reuniones de amigos,
pero tengo una mente positiva
y aprecio ver el lado bueno de las cosas.
Ahora puedo atender la puerta sin el temor a que sean los molestos
Testigos de Jehová trayéndome alguna cita de la Biblia.
Nada tengo en su contra,
pero me incomodan y me hacen perder tiempo.
Algo bueno le he encontrado al Covid,
brindo y me felicito por ser biológicamente optimista.
Suena el teléfono,
-hola
-Buenas tardes, le hablamos desde el Salón del Reino de los Testigos de Jehová,
tenemos un mensaje de salvación para usted,
un pequeño versículo del profeta Jeremías en el Antiguo Testamento…

 

Yo solo les invito a pasar a mi casa si hay una "testigo" atractiva. Una vez llamaron dos a mi puerta, una fea y una guapa. Después de media hora de charla y cuando ya casi tenía en el bote a la segunda, la "menos guapa" agarró a la otra y se despidió a toda leche . Un abrazo, compañero.

 

Ja, ja, ¿creías que te librarías?. A mi mamá, que en paz descanse, le gustaba discutir con ellos porque siempre les demostraba que ella sabía más de la biblia y para ella era un triunfo. Muy bueno. Un gustó leerte

 

Estos testigos de Jehová son tan tercos que prefieren morir antes que hacerse transfusión de sangre... no sé que harán en una noche de mosquitos
Saludos, compañero poeta

 

ajaja los escuchas por interés...pero debes saber que para tener un poco de suerte hay que pertenecer al grupo No se juntan con "gentiles"...¡Muchas gracias, Luis, por leer! Un abrazo, amigo poeta.

 

Tu mamá estaba preparada para hacerles frente, pero al que apenas leyó algo de la Biblia lo despedazan con versículos de todo tipo y color...¡Muchas gracias, Luciana por leer y por tu especial comentario! Un abrazo, compañera de letras.

 

No sé si será un buen poema realista, pero es real como la vida misma ya que todos hemos tenido alguna experiencia con ellos.
En uno de mis casos sonó el timbre a las 15,30 cuando estaba en la siesta. Me puse el albornoz para acudir a la llamada pensando que era algo grave. No, eran ellos, dos chicas a las que dije después de escucharlas un minuto que no me interesaba y no volvieran ya que no iba a ser tan educado. Por si acaso instalé un desconectador de timbre, que la gente con tanta fe me da mucho miedo.
Grata lectura, Miguel, un abrazo, poeta.
Javier

 

Si no es por la puerta es por el teléfono… bueno, lo cierto es que ya somos insalvables jejeje


Abrazos Miguel, cuídate de los testigos de Jehová y también de las malas influencias… aunque de viejos ya eso ni se dice… se conoce bien

 

¡Muchas gracias, Antonio, por acercarte y por el especial comentario! Un abrazo, amigo poeta.

 

Respeten a los Testículos de Jehovaaá

 

¡Muchas gracias, Javier! Esto que estoy narrando nos sucedió el mismo día que lo escribí! Tampoco yo creo que sea un poema realista pero no sabía donde colocarlo. Un abrazo y que tengas un buen fin de semana!

 

Es verdad, ya somos insalvables jaaja ¡Muchas gracias, Danie, por acercarte y por tu especial comentario! Un abrazo, amigo poeta.

 

ajajajaa ¡muchas gracias por acercarte! ¡Buena semana!