La casa

¡Oh! casa nuestra,
kilométrica telaraña
de amor y dulzura,
de sal y azúcar,
de alegría y lágrimas,
de cómplices silencios,
¡De alientos pomarrosos!
de gravitantes universos,
¡De jardines hermosos!

Alzaron vuelo
los pesebres decembrinos,
cerraron las flores
sus corolas blancas,
triste y solitaria
se aleja la lluvia en llanto...
Llanto en lluvia
de nuestras almas,
almas que son
tus propias entrañas,
dual existencia
que el dolor embarga.

¡Ay! corazón
de plurales latidos,
cuna de infancia
de sueños encantados,
se desdoblan tus ventanas
como vidrios fundidos,
luces paleolítica
sin tus seres amados.

¡Oh! velorio de cemento y arena
cómo penamos nosotros tus hijos...
¡Te dejamos sola corazón ladrillo!
¡Como un náufrago pidiendo auxilio!

Y esos pasos...
¡Los últimos pasos!
volátiles ecos
de ritmos danzantes...
Yo que te dejé radiante
como flor de mayo
he de recoger abrojos
¡Al no encontrarte!

Qué sola te quedas
¡Amada casa!
y nosotros muriendo...
¡Muriendo por dentro!
dolor de arena,
¡Corazón cemento!
perdimos todos
ante el destino
¡Y el tiempo!

Tato Ospina
DRA
Colombia​

 

Un reconocimiento que se extiende y se hace tangible en las nostálgicas letras
del presente poema. mis saludos compañero Tato.

 

Bella nostalgia envuelta con deliciosas evocaciones...
Me gusto el poema, mis saludos compañero tato.

 

Abrazo Iván, Dios te bendiga siempre!!!