La duda.

Es esto de estar vivo
un enigma que cambia y nos sorprende.
Que nos hace temblar sin un motivo.

Si la duda se prende,
nos arrastra y confunde en negras sombras
y las horas torturan. Llanto hiende

la paz con que lo nombras.
Lo nombras esperando su respuesta
y resuena tu grito con que asombras

de los grillos la orquesta,
y el silencio se funde y va y te quema
hasta que oyes el son de la protesta

que explota en un dilema,
el que es de amor y orgullo y que alza escudo,
pero rompe la duda en un poema.

Y se deshace el nudo
y la vida es un gozo, una delicia
aquel falso dolor se queda mudo,

y ya es su voz caricia
que ha matado al espectro de la duda
que tortura mi mente y la desquicia,
mas ahora su voz la dejó muda.
​

 

«asombras de los grillos la orquesta»: una frase extraña, estimada Luciana.

Curiosos estos tercetos encadenados polimétricos que has compuesto. Me llama la atención la estrofa de cierre, donde dejas suelta a la rima «duda», al abandonar la costumbre de cerrar los encadenados con un serventesio; resulta raro además que este último terceto lo comiences con un endecasílabo, a diferencia de los anteriores cuyo primer verso es heptasílabo... Tú dirás...

saludos
J.

 

Precioso poema estimada Luciana. Un abrazo con la pluma del alma

 

¡Hola Jorge! Qué gusto encontrarte. Mira que yo no sabía como terminar y ya me lo has dicho. He corregido. No te desaparezcas tanto. Muchas gracias. Un abrazo.

 

José, muchas gracias por comentar. Un abrazo.

 

Profundo y enigmático.Muy acertada la forma elegida para expresar el tema.

 

Maygemay, me alegra que sea de tu agrado. Un abrazo.