La excepción

En un golpe de repentina opresión
me asomo a tus ojos para encontrar la verdad
desde el sitio donde mi alma se incendia
hasta el escozor de la inquietante paz

Me he detenido tantas veces en el contorno de tus palabras,
añorando el sitio oculto tras tu oreja
gritando la inutilidad del lenguaje cotidiano,
sólo tratando de que sepas…

¿Cómo explicártelo sin que mi boca se rompa
y caiga como una hoja de otoño en tus labios?
¿Cómo calmar los temblores y el dolor de tu ausencia?

Ángel de la noche, caballero lunar,
de las pasiones más bajas a las mareas más altas
la distinción camina sobre tu piel dorada
dibujando las pautas de lo que nunca será como siempre fue.

No te pareces al ayer, eres tanto como mañana,
y tus ojos resplandecen en el camino oscuro,
encontrándose con los míos en los pequeños espacios donde cabe un mundo.

En la brisa cálida de las portentosas insinuaciones
flota tu sombra, silbando en mi oído
alimentando los impulsos sangrantes y dolientes
mientras trato de callar lo que es evidente.

E intento no desfallecer ahora en esta noche fría,
intento atrapar el polvo que la luna ha llorado,
quiero permanecer brillante y espléndida,
y que quede claro, quiero morir y renacer a tu lado.