La inmensidad

Pensé que lo recordaría todo, demasiado me esfuerzo para revivir contados momentos.
Soy como una dorsal oceánica con este pequeño Rift por donde sale un incontenible magma
y se acomoda, lentamente, en las profundidades de la pantalla.
Contar una historia tiene sus dificultades hay tanto que decir, tanto que plasmar en un solo párrafo
inteligible e inconcluso. En este momento puedo hablar de fragmentos cortos irrepetibles,
intensos momentos con el alma en las manos, yo solo quise exprimir hasta la humedad...

/ / 4100 metros a las cuatro de la madrugada en los Andes, el viento sacudía con fuerza mi espalda cada vez que pegaba en la mochila, los cuatro atados a la misma cuerda en una pared del Volcán Domuyo en la cordillera del viento. Sin madera donde grabar el asombro de mis ojos, con los fósiles marinos aferrados al hielo como hiedras, se congelaban sus lagos, avanzaba el frío hasta mis pies helados, respiro lento y observo cuatro mil metros abajo, mi hermano va delante de mi, lo veo muy cansado, sus piernas están torpes por la falta de aire y parce que vaya a caerse en casi todos los movimientos, estoy vivo lo sé porque tengo miedo...
//cuando llegué al cielo mis ojos no enfocaron la inmensidad.//

 

Muy buen poema y exelsa reflexión acerca del esfuerzo; lo has asociado a tu aventura alpina. La poesía también es otra cumbre a la que llegar resulta tremendamente difícil por lo empinoso de sus paredes, pero a veces ( unas cuantas veces en la vida) podemos llegar y ver el verso de cara al sol. Sinceras Felicitaciones. Un poema que debe ser leído más.