La Inmortalidad

Cuando se ganó a pulso la inmortalidad
el océano le ofreció una botella vacía
arrojándolo ebrio a una isla deshabitada
en la que conoció la maldición bíblica


buscó caminos que giraban a la izquierda
suplicando de la eternidad el indulto
o al menos la resurrección
moldeada en el barro que supura la muerte










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Bella herejía la suya, caballero. Una forma muy original de presentarnos la bíblica historia, adoro abrir un poema y encontrar escritos que me hacen pensar y preguntarme cosas, no solo echando agua donde ha llovido sino en un intento de erigir preguntas más que respuestas mismas o, si se afirma una posición dejar un pequeño lugar para la duda.
Un placer. Genial poema.
.:Tati:.​

 

Uf! escrito profundo futuro cierto, desde las viceras. aunque mi comentario no se ganó a pulso la inmortalidad. un placer leerte, un abrazo.