La Llamada

Sed le trae de nuevo,

en el juego bajo fuego,

dinero reserva asiento,

para tal predicamento.


Es un hombre de familia,

anhelando cierta chispa,

que solo la noche le trae,

para no sentirse culpable.


La música es acorde,

el ambiente corrompe,

entre cigarro y sustancias,

gratas formas enganchan.


Se encuentran miradas,

entonces ambos disparan,

ella con sutil escote su carta,

show completo dinero habla.


Esta vez sin tregua,

asegura digna cena,

no importa sea sano,

ni al final estar a salvo.


El contrato verbal indica,

dosis de fantasía y caricias,

asiduo insatisfecho cliente,

volverá aun sin ser prudente.


Parece fuera de foco,

algo loco asumir antojo,

aunque aquí es consigna,

afuera hasta se santigua.


El don nadie de ayer,

hoy dispone de harem,

el indeseable viejo ruin,

aquí hasta puede elegir.


Llamada del sexo opuesto,

quizás no sea noble gesto,

pero siempre habrán recursos,

para oficio más viejo del mundo…