La manta.

Siempre fue Equis.
No lo sabría tasar.
Tampoco lo vendería.
Ni por todo el oro del mundo...


Algunos se distinguen del resto. Pero el resto se distingue de algunos.


El rey no es un reino.
El cabello no es peine.
La dama, y el vagabundo...
El minuto, y el nanosegundo.


Legiones de medidas dispares: Diferentes. Conceptos entremezclados. Universo, o manta envolvente.


¿ Te quieren ? ¿ Te odian ?
¿ Te minusvaloran ? ¿ Te aúpan ?
El nene se hizo pupa.
Pero la Luna sigue siendo soñadora.


Pues el Cosmos nace de la caja de Pandora.

 

Me alegro por su elogio, y también, por su crítica.
La he detectado, como es evidente.
Dado que la perversión es sinónimo de rebeldía, con vertientes sexuales.
No me enorgullezco de ello. Porque sé que el Bien es preferible al Mal.
Sin embargo, el Bien se compensa con el Mal.
Y así, surge el equilibrio.
Y evitamos los extremos: La mucha riqueza, y la excesiva pobreza.
Si eres muy rico, y avaro, entonces, no compartes con los demás. Luego por tanto, eres indiferente.
Y por contra, si eres demasiado pobre, crecerás con rencor. Y sufrirás mucho...
Lo ideal es el equilibrio; la clase media. Y si puedes ascender, mucho mejor.
En lo intelectual, también hay grados. Grados de discernimiento.
La gallina es más consistente que el gusano. Por ello, se lo puede comer.
Pero entre los seres humanos, apenas hay notables diferencias.
Tanto es así, que podríamos tomarnos en serio, nuestros títulos. Nuestras licenciaturas. Nuestros despachos...
O si no, bromear, alguna vez. Como admitiendo que vamos de fracaso en fracaso.
Je, je, je. Porque nunca llueve a gusto de todos.