La Presencia

Son noches angustiosas las del hombre,
que atento, desconoce quien se llega
a su vida en la húmeda ciudad.
.-Sabe en secreto que no la recuerda,
y la cree en su amistad tan increíble
que acaso sólo sueña.

 

El placer es mío, Anita. Gracias por tu comentario.

oooooooooo--- ooo --- ooo ---

 

hermosos sueños, que quedan y no se borran , placer de leerte con cariño, Anamar.

 

Un placer leerte,
saludos.

 

Anamar, encantado por tu comentario y tu visita.

Saludos.

 

Aveces encontramos algo que parece tan bueno, que lo creemos irreal. Me encantó leerlo.
Saludos.

 

Saludos, y el placer es mío, Libertad, siempre mío de que me leas.

Abrazos.

 

Gracias Enrique
el placer es mio
y nadie me lo quita,
saludos amigo.

 

Yo no lo pude decir mejor.
Gracias, Mitra, por leerlo.

Saludos.

 

Así es, amigo, habrá que empezar algún día.
Gracias por comentar mi poema.

Saludos.

 

Tienes razón: tanto el placer del autor como el del lector son únicos, pero nacidos de la misma fuente, en este caso un poema.
Gracias, Libertad, por estar aquí de nuevo.

Saludos amiga.

 

Buena imagen!!

Hay presencias quede tanto esperadas, de tanto soñadas, cuando son ocurridas son casi increíbles, tal el anonadamiento que producen!

Así espero hace años a Sophía, esa Diosa Esquiva, sólo que juega a ser presencia soñada, y lo que me trasmite en sueños, lo olvido despierto! Y espero y espero en "la fría ciudad" de mi mente lógica... allí donde nunca vendrá.

Tu poema es realmente pertinente. Abrazo!!
EDUARDO MORGUENSTERN

 

Me alegra, Eduardo, de que te haya interesado este poema.
Una presencia, sí, que no reconocemos o simplemente no le creemos
a su realidad.

Gracias y un abrazo.