La sorpresa

Eran las once del día
cuando llegué a mi casa
la sorpresa que me dieron
fue con una amenaza.


La sentencia fue de muerte
escuché esa palabra
si intenta defenderse
la vida se le escalabra.


Yo me quedé indefenso
como barco a la deriva
triste y desconsolado
vi como mi carro se iba.


En ese fatal momento
nadie estuvo presente
para evitar la acción
de esos dos delincuentes.


La vida siguió su curso
entre penas y amarguras
y aunque el dolor me taladre
está llena de hermosura.


Unos viven del trabajo
otros viven de lo ajeno
¿donde está la seguridad?
¡señores del gobierno !.