La Tecla

Déjame convivir sin el remache

de la tecla pulsada con dureza

que la migraña invade mi cabeza

al percutir tu viejo cachivache.


El blanco amanecer es azabache

y tú, tecla que tecla con presteza,

ya no quiero escuchar, me da pereza.

Mi rostro pinta ojeras de mapache.


No distingues la noche ya del día,

absorto en tus jueguitos juveniles

a todos sin horario les das caña.


No quiero parecer un policía

pero el tecleo atenta mis abriles

y el sueño no consiente tanta maña.


Dvaldés
​

 

Audaz rima en ache para un soneto de soliloquio donde el yo lírico trata de convencerse así mismo, o a su sombra, de que tanto internet y pocas horas de sueño no es la combinación mejor.

Un placer

Carlos

 

Uno de los vicios modernos. Jajaaaa.
Muy bueno.
Abrazo.

 

Justamente estimado Carlos. Diste en la tecla con tu buena interpretación. A veces me paso y pierdo la nación del tiempo frente a la computadora. Gracias por tu constante apoyo y por tus tiempos de lectura. Un gran abrazo.

 

Es un problema de primer mundo. Gracias por acompañarme querido Ángel. Un gran abrazo.

 

Podemos decir sin temor a equivocarnos que hasta los abrazos se han tocado en virtuales, hemos dejado hasta la familia por el maldito vicio, pero el "progreso" es así, cuánto más adelantos más zombis somos. Magnífico y profundo poema sobre está nueva realidad, Danilo, saludos Daniel

 

Bello soneto amigo Danilo, a veces internet nos roba tiempo de descanso haciendo que nuestros abriles se perturben. Siempre encantada de leerte querido amigo, muchos besos para ti llenos de cariño y de admiración....muááááackssss

 

Muy simpático tu soneto y muy certero, así nos pasamos la vida
y si que es dañino para la cabeza y los músculos jejeje Estás
perdido o es cosa mía?? Gracias por tu generoso compartir Dani.
Besitos apretados en tus mejillas.