La vida

Cien zozobras de cieno zarandean
mi vida. ¡Oh, mi vida! Luminosa
niña traviesa, loca peligrosa,
tus piruetas absurdas me golpean.

Tus zarpazos cercenan y alancean
mi voluntad más fiera. Caprichosa,
odio quererte, vida prodigiosa,
en ti mis ilusiones aletean.

Sometido a tus leyes y a tus hados
que aplicas sobre buenos y malvados,
será mi abrigo tu sagrado manto

refugio de mi risa y de mi llanto.
Y aunque a veces me harte y te maldiga
nunca pienses que eres mi enemiga.

 

Ah, la vida, es una amante caprichosa. Excelente soneto dedicado a ella.
Un gusto leerte.
Luciana.

 

Así es, mi estimada @Luciana Rubio. No hay amante más caprichosa, exigente y voluble que la vida, pero amante al fin y al cabo. Gracias por tu comentario .

Saludos,

Eduardo

 

Un placer leerte. Muy bello soneto, es por todas estas cualidades que tan bien seleccionas que muchas cosas no podemos explicarnos. Vida, siempre imprevisible. Saludos.

 

Gracias por tu amable comentario, @José Luis Galarza. La vida y sus contradicciones ofrecen, sin duda, mucho material poético. Me alegra que te haya gustado el poema.

Saludos,

Eduardo