laberintos

Me extravié en el peligroso laberinto de tus ojos,
en el que es complicadísimo hallar la salida,
aun no logro hacerlo.

Me perdí en el laberinto de tu cuerpo,
se perdieron
las yemas de mis dedos y mis ojos
_es difícil escapar si eres ciego_

Me extravié en el laberinto
luminoso de tu sonrisa
que la luz del sol refleja
y mi mente irisa
y me hace cosquillas en el alma
por eso al sonreír me contagias.

Me perdí en el amor,
ese laberinto esta mejor hecho
que el de Dédalo para el Minotauro,
de ese no creo
lograr salir jamás,
amor mío, cielo mío.

 

Sin duda el ser amado siempre será un laberinto a resolver, en su sentimiento, en su misma piel. aveces deberemos perdernos y otras más, salir de el.
Me agrado mucho leerte
Saludos

 

Bonita metáfora del embeleso que te atrapa en las redes de la persona amada...
Un placer leerlo.

 

Ciertamente el amor puede ser un laberinto, debemos afinar el corazón
para sobrevivir y conseguir la salida idónea. Me gustó leerte, muy ameno
tu poema. Gracias por compartirlo. Te dejo un beso apretado en tus mejillas