Las preguntas-.

Yo sólo tengo preguntas.

Las dudas necesarias e innecesarias.

Los catecismos insignes y planeados,

que se queden en las catedrales o en las iglesias;

no tengo nada en contra de ellas.

Pero tengo mil preguntas, y ninguna o pocas

respuestas. Y no las alimenta el aire, no se acogen

a sagrado, ni las sustenta el viento volador.

Son como cintas que de mí cuelgan, son como

etiquetas de vapor. Donde el fuego me quema,

y peligra mi labor. Soy una enorme pregunta,

una inmensa cuestión, un interrogante sin pausa,

un laberinto de emoción.



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Gracias Marcos, nunca he hecho otra cosa sino sospechar de todo, en mi vida. Un abrazo fuerte!!

 

Creo que hay que investigar mucho y retener lo bueno, lo que resuena con nosotros en la profundidad del ser.
Hay que hacer preguntas, sí, pero saber diferenciar entre aquellas que tienen respuestas útiles y las otras que no llevan a nada. Pienso que habita en nosotros la sabiduría si hacemos silencio y dejamos fluir nuestra intuición.
Me agradó el planteo, Ben.
Un abrazo.

 

Gracias Cecilya, por tu aportación; yo dudas siempre he mantenido y conservado desde jovencito. Quizás hacen más mal que bien, depende. Depende de lo que se considere el bien o el mal. Yo sólo aporto mis dudas, que no son afirmaciones o negativas implícitas. Un fuerte abrazo y gracias de nuevo por navegar por acá!!