Las víctimas

Que hermosa es la muerte
de las cosas vanas.

Si me preguntan sobre aquella noche,
en que los aullidos del hombre se habían dejado de escuchar.

En que la lluvia se detenia con placidez
sobre el acero, el hormigón y el cristal deshabitados.

En que el fulgor último de la luz postrera,
era testigo del ronquido satisfecho de los ejes herrumbrosos de los camiones.

Sobre aquella noche del tiempo transcurrido,
yo diré, si me preguntan,
que es hermosa la muerte de las cosas vanas.

 

Un poema corto, pero sustancioso y un contenido filosófico interesante

Gracias Ana

Jaime