Lisa

Algunas veces deseo
dejar la ciudad y tanto ajetreo.
Ir a la orilla de aguas cristalinas;
saladas gotas qué brillan en mi mejilla.
Por qué las preguntas son tantas,
que aveces siento que el tiempo no alcanza.
Donde, como, cuando y porque,
tal vez nunca lo llegue a saber.


Solo al buscarte puedo escribir
tal vez no te enteres, mas que has de decir.
Ni la práctica ni el esfuerzo hacen al maestro; son las puñaladas,
dolores y vacíos las que te llevan más adentro.


Tantas veces he tenido que ahogar,
la locura en lo más profundo del mar.
Y callar los gritos que quieren volar
pidiendo a la luna no seguirme más.


Qué será lo que proyecta mi reflejo,
veré lo que quiero, sin miedos, sin dudas?
El espejo nunca ha servido para saber
cuán rápido puede un alma envejecer.
La duda final, a lo que quiero llegar:
Es la vida una suerte; no más?
La triste respuesta se me acerca
me invita a pasar, y sabe lo fácil que me dejo llevar.