Lluvia

(tormenta en un corazón olvidado)

Lejanas tierras he dejado atrás,
Con un camino por delante, ¡el olvido!
Que no sea la virtud mi compañera,
Ni mucho menos la razón,

En mi equipaje viajan la melancolía y la tristeza,
Y como compañeros finales la desgracia y culpa,
Traídos desde las profundidades de mis memorias,
Desde el momento de nacer con sombra de muerte,
En una oscuridad inmensa y fantasiosa,
Bañada de lujuria por las perversidad del destino,

Gobernando las ideas que ya no brotan de mi cerebro,
Si no de mi alma destrozada por el capricho de quien sabe,
Denotando la poca valía que existía en mi vivir,
Dejando escritos por doquier sin saber a donde iban a parar,

Llueve fugazmente,
Pero no refresca mi rostro,
Se funde con mi llanto,
Con la pena que acontece mis pasos,
Tormenta furiosa que se agita en mis entrañas,
Con suplicio de ideas que no dejan de brotar,

Alguien dijo una vez,
Que la mente humana es una caja de sorpresas,
Y en la mía solo desventuras han depositado,
¡Que cruel puede ser la soledad!
¡Que funesto puede ser el pesimismo!

Con amargura llego a mi destino,
Y la lluvia arrecia,
Trato de cubrirme con mi saco,
Más es inútil, la tormenta se avecina,
Guardo mis manos en el bolsillo,
En busca de un calor extinto...

Lágrimas y gotas de lluvia,
¡Que combinación tan deprimente!
Con bárbaras acciones,
Dejadas en el torrente del tiempo,
Como cicatrices de una batalla que luche desde nacer,
Como duele ahora el haber vivido tanto...
Como ahoga haber dejado en la cripta a los que he amado,

Llevando la pena en mi andar,
En noche de lluvia tormentosa,
¡Que se fundan mis gritos con los relámpagos!
Y mis manos restrieguen el pasto de la desolación,

Jardines de profunda belleza pise,
Dejando en ellas la marca maldita de mi euforia,
Llevando mas allá de todo la razón de mi existencia,
Que la luz se apartó de mi estrella,
Condenándome a un eterno vacío...

¿Que es lo que veo a lo lejos?
El tren por fin ha llegado,
La hora de mi adiós se ha concretado,
Descansarán aquellos a los que he atormentado,

Pero sea grande mi sorpresa,
¡Aquí estas tú! con tu sonrisa tierna,
Con brazos cálidos y amorosos,
Que la luna brille otra vez aun en la tormenta,
Pues la esperanza por la que tanto lloré ha llegado,
Investida en tu majestad... destinada a amarme por siempre,

Aunque haya llorado mares,
Aunque haya dejado mi sangre en los peldaños,
¡Estas aquí! en este vagón,
¿Que nos deparará el destino?

¡Nada que nosotros no deseemos!
¡Nada que pueda destruir este encuentro!
¡Porque al final te fui prometido!
¡Y aquí estoy empapado y con frío!
¡Muerto por dentro y solo por la vida!
¡Con un corazón dispuesto a amarte!

Así quede la noche en la historia,
Cuando un ángel caído encontró su bendición,
Llámese por siempre a la dicha,
Al estrecharme en tu calido pecho,
Y al fin llorar de alegría...

¡Que muera el ayer!
¡Que viva el hoy que esperaré el mañana!
Sin sufrir, sin odiar... ¡pues estas aquí!

*A veces la vida nos lleva a pensar,
en lo funesto de nuestras acciones,
a juzgarnos como seres perversos,
olvidando que siempre existe la verdad,
el amor que es sin duda la razón de
nuestra existencia... aceptando aún
nuestros pecados mas oscuros...
para hacernos comprender que el amor
y perdón no es de dioses si no es de humanos,
y sin duda mas sagrado que una cruz o un buda...​

Lord Vélfragor

 

Que la cálida lluvia aliviane tu carga..Mi Lord, todo se transforma y demosle un brindis a la vida cuando es para bien...un abrazito...