Los genes

De su nombre va cansado
nuestro pobre caminante:
tanto lustre fue bastante,
ya le resulta pesado.
Cambiar el cuerpo gastado
no es prudente en esta vida,
quizás lo intente el suicida
con consecuencias nefastas,
que de los toros las astas
traen el fin de la corrida...

Llevan pieles las serpientes
que cambian en primavera,
y en los niños la dentera
anuncia el cambio de dientes...
Renunciar a los parientes
buscando un nombre sin fama...,
dejar la historia a la llama
y gozar la libertad
de ejercitar la maldad
sin padecer en su trama...

Los genes sean malditos
con su estúpida constancia,
maldita la quiromancia
que identifica delitos.
Hay que volver a los ritos
del bautismo y de las cruces
para que el nombre que luces
esconda aquello que eres,
encubriendo tus placeres
con tácticas de avestruces.

 

Prestigio y fama serán siempre buscados aunque se deba pagar el precio de la vulnerabilidad...El anonimato puede ser aburrido, pero su sombra protege. Excelentes décimas, amigo poeta!! Me cuesta decir en voz alta "traen" en una sola sílaba Un afectuoso abrazo.

 

Muy bueno. Un gusto leerte.
Abrazo.

 

Una buena lectura, Miguel. En estos tiempos de internet, donde uno juega con un títere bajo un nick, la cuestión de la identidad es asunto interesante. A veces es tentador el anonimato... Nunca me dediqué a ese juego, pero conocí a varios que se entretenían con eso.

Sí, «traen» y sus análogas («caen», «cae», «trae») son de esas pocas palabras en las que no hay consenso entre los grandes poetas, diría que empatan los que las ven monosílabas con los que las ven bisílabas. Yo comparo «traen» con «traer» (que está acentuada distinto) y la veo más corta.

gracias y abrazo
j.

 

Bueno, Jorge, tu me dirás si acierto con mi interpretación, últimamente me está costando la misma vida hacer que se entienda lo que quiero decir, imagino que será cuestión de genética.

Mal augurio y peor suerte
le tocará de bandera
al que cambiar genes quiera
por alejar a la muerte.
El que se presienta inerte
mejor vuelva a renacer
siempre tendrá algo que hacer
con lo tanto ya sabido
si tiene por aprendido:
mejor ser poco, a no ser.
~~​

Un abrazo.

 

El cuerpo es una máquina que tú eliges y ahí está le genética. Si eres bueno eliges la flor; si malo la pistola.
La genética solo influye en tu proyecto de vida. Lo que determina tu accíon es tu mente u algo que está por encima de ella.
Cierto que es cuestión de libertad para el bien o el mal.
Volver a lo de antes sería positivo en cuanto al humanismo que hoy brilla por su ausencia.
Me han gustado mucho tus décimas aunque las he leido sin la debida reflexión. Espero hacer una lectura más pausada.
Cordiales saludos.
Castro.

 

Yo no me atrevo a dejar una interpretación, pues no lo tengo claro; lo que sí digo es que has bordado las décimas, que se intuye que has querido dejar un profundo mensaje, ingenioso, lúcido, con pinceladas de ironía y con pizquitas de sarcasmo.
A mí, ""traen", colocado al inicio del verso, me suena monosílaba, tal como tú lo has dispuesto; otra cosa sería a final de verso, por ejemplo:
""y me gusta lo que traen"", ahí, mi oído dicta que es bisílaba y lo pronuncio //y-me-gus-ta-lo-que-tra-en//, pero, repito, en tu verso, lo pronuncio como más natural en un golpe de voz "traen".
Un fuerte abrazo, querido Jorge.

 

Me alegra, Ángel, que te hayan gustado estas décimas.

gracias y abrazo
j.

 

Tras el telón, el actor recorre el foro en penumbras. Su mirada se detiene, uno por uno, en los títeres que, inertes y grotescos, esperan su mano y su voz para cobrar vida. Allí están César y Bruto, Edipo y Antígona, Quijote y Sancho, y tantos otros muñecos que le ofrecen su investidura. ¿Quién quiere ser? ¿Podrá deponer su identidad para dar vida a un otro, un otro que no tenga ni sus recuerdos ni sus culpas, ni sus compromisos ni sus normas? ¿Elegirá al pícaro para ejercer libremente su maldad? ¿Elegirá al noble para dar vuelo a su ilusión? Cada títere lo tienta: bullen las palabras en su pecho, murmura probando los parlamentos que pueden liberarlo del peso de su yo. Detesta su nombre. Y detesta el momento que sabe que llegará: aquel de los aplausos, cuando deberá dejar su títere y volver tristemente a su piel.

abrazo
j.

 

Alguna vez Elhi, muchacho lúcido, tratando de este asunto, se preguntaba: «Y si hay sinéresis en "trae", ¿cómo rima en asonante?»; ¿rima con «sal» o rima con «sale»? Creo que la respuesta es la que tú das, que en el lugar de la rima la sinéresis se rompe...

gracias y abrazo
j.

 

¡Vaya tela, Jorge!
Si ya las décimas eran buenas, la prosa del comentario, las supera. Tendrás que indicarme qué hacer para escribir así tan descriptivo, aunque con otro tema, claro.
Creo que acerté con mi décima, como también creo que "agua pasada no mueve molino". ¡Que grande el refranero!

Recibe mi abrazo incondicional.

 

La verdad es, Castro, que no fue mi intención, en este poema, escribir sobre los genes como factores determinantes de la fisonomía o la personalidad, más bien sobre lo que implica el ADN en cuanto a lo irreductible de la identidad, esa identidad que, a través de nuestra historia, se configura en culpas, compromisos, prestigios y responsabilidades; nuestro nombre es una atadura, pero el nombre puede cambiarse: no el ADN, por ahora...

gracias y abrazo
j.

 

Sí, últimamente se me da mejor la prosa poética que la clásica.

abrazo
j.

 

Me gratifica que tú, que sabes un montón de estas cuestiones, me digas que acerté en mi comentario. Eso me anima.
Bueno, pues yo voy a dejar un último soneto de despedida; después, me ausento por tiempo indefinido (solo entraré a responder a los posibles comentarios).
Un fuerte abrazo, querido Jorge.