Los marginados

¡Y Oí un sonido fuerte retumbante!
lo vi pasar feroz y pujante
en sus brazos portaba las cadenas ensangrentadas del liberalismo
danzaba el capitalista con la musica de los oprimidos
Muchos lo vitoreaban,
otros con un recuerdo ingrato lo detestaban
y con las manos en alto, el marginado pedía la voz y jamás fue escuchado,
quería gozar danzar del baile que llevaba su nombre
Al final solo disfrutaba el dominante,
pues de marginado solo llevaba el hombre
y tras esa danza agridulce estaban las frívolos
Los lúgubres danzantes de la oscuridad
Los seres que carecen de bondad
los ostentosos la disfrutaban
los pobres la repudiaban.
Yo estaba ahí dentro de mi pueblo ¡los marginados!