Los piojos.

Era todo, en aquel entonces,
muy distinto a como lo veis ahora.
La Madre Tierra disponía de planicies,
do crecían maravillosas esculturas.


Un David de Miguel Ángel,


una Cleopatra de Hipatia,
un Hércules de Normandía,
una Mulán de Shangai,
un Atahualpa boricua,


un negroide en ébano, africano,
un Salomón de Epicuro,
un astronauta en Palenque,
una Miss Universo, encinta...


La poderosa Afrodita, embarazada.


Pero actualmente, contaminamos
los ecosistemas o medio-ambientes,
parajes, enclaves estratégicos,
paraísos terrenales, jardines, bosques





y los montes enteros se calcinan,


al ser pasto de las llamas.
Y me parece que es irrespetuoso,
cuando menos, de tanto que reñimos,
descaradamente, atacar salvajemente,


como energúmenos iracundos


e impresentables.
Es irrespetuoso nuestro afán de protagonismo,
obsceno, más zafio y hortera
que la misma Pornografía, pues clama al cielo,


ese oficio lamentable de parásitos.

 

Nommo no sufrirás de úlcera .
Un abrazo

 

Muy contradictorio, tu comentario.
¿ Para qué quiero tu abrazo ?
¿ No resulta un poco mezquino, por tu parte, mencionar la posible úlcera ?
¿ No habita en ti, un deseo de que yo perezca de inmediato ?
¿ Te sientes ultrajada, hasta el tuétano ? ¿ Crees que tú no eres una garrapata, en el continente donde vives ?
¿ Es eso ? ¿ Acaso tienes dignidad ?

 

Piojos ciegos somos. No vemos más allá de la nariz. Ponemos marrón el río y el mismo mar del que sacamos los peces hasta el último, nos comemos la mitad y echamos el resto como si sobrara. A la naturaleza no le sobra. Magnífico poema, compañero.

 

A priori, podríamos hacerlo mejor.
El ser humano podría estar mejor.
Podría sentirse cómodo, consigo mismo.
Cómodo, consigo ( con su planeta ).
Porque es nuestro hogar.


Entonces, quien para otro cava una zanja, en ella cae. Según Fédor Dostoievski.


Y una cosa es atentar contra otro ejemplar de tu misma raza...
Y otra, prender fuego a un bosque.
Pero no deja de ser un acto hostil.


Por consiguiente, debemos ser conscientes de las consecuencias de nuestros actos hostiles. Tanto los activos ( belicosidad ), como los pasivos ( indiferencia ). ¿ Qué pasaría si... ? ¿ Cómo acabaríamos, si... ? ¿ Por qué no puedo yo atentar contra ellos... ? ¿ Por qué el reino vegetal, es el favorito de la Madre Naturaleza ? ¿ Por qué estoy en un segundo plano ?


¿ Verdad ?


No soy tan lindo, como pensé...