Los sentimentales

Los delfines se nos parecen
necesitan de respiración y caricias
saltan locamente entre las olas,
suelen terminar en una pecera
a veces muerden o embisten
sin previa advertencia ni mayor daño.
Son unos sentimentales...
Les gusta la música llena de silencios
donde se deja escuchar el derrapar de la púa.
Suelen ser amables,
aunque a veces también beben demasiado,
o simplemente se les sale la cadena.
Y nos ladraan un par de cosas
desde sus refugios llenas de fotos y retratos
y cositas que fueron guardando en cajas con moñitos.

No les contestes...
tienen razón,,,
los estuvimos molestando ya suficiente con pequeños gestos...
Con palabrotas hacia los ministros de economía
o a los delanteros que se erran los goles debajo del arco.
Con preguntas inasibles y horarios fijos,
o empujándolos a comprometerse con cosas
no del corazón sino de la mente.
Con asuntos difusos del futuro
mientras ellos buceaban en la melancolía y el recuerdo
de unas piernas de muchacha que vieron pasar una tarde...
O de adonde y con quien se abrazaron escuchando
el gol de Maradona a los ingleses,
consuelo de pobres repetido tantas veces...
O con la voz de soplido de Miles Davis,
o un bolero de Jairo.

Perdonennos.

No. No les contestes...
No les cambies de lugar los muñequitos...
Los sentimentales son así
de tremebundamente ellos.





(Dedicado a mi hermana y al recuerdo de sus muñequitos.)

 

Me gusto tu poema, besos.Patricia.

 

Si, los sentimentales somos así... Aunque mi comentario no sea música llena de silencios donde se deja escuchar el derrapar de la púa. Un gusto leerte, un abrazo.