Los tímidos

Miradas que irremediablemente bajan.
Vergüenzas que postergan,
lenguas que se traban.

Cierta gente nos vamos acumulando
en un armario hecho por nuestras propias manos
juntado polvo y olvido.
Como una guitarra sin cuerdas al fondo de un ropero.
Como cartas sin dirección ni remitente,
que nadie reclama.

Tenemos los sentimientos de cristal fino.
Nos sentamos en este bar de estación terminal,
de frente a la ventana
a esperar que nos vean.
Pero nadie parece tener la calma o deferencia,
de arrimarse a beber con nosotros.
De preguntar un “¿Qué pasa?”
algún: “¿Cómo anda la cosa?”

Ganamos entonces la calle.
Vemos a las multitudes marchando,
atropellándose antes que abra el semáforo.
Parece no haber lugar para nosotros,
nos damos cuenta:
Vivimos rápido, en un cultura sin revancha.

Seguimos andando,
pasamos por cierta esquina,
o miramos cierta ventana.
No tocamos timbre,
es tarde y las luces están apagadas.
Y además esa gente es dura,
astuta,
hábil.
Se desenvuelven como el pez más viejo del río,
y tú eres un guijarro.
Una estrella inmóvil en el fondo.

Parece que hubieran ya vivido otras veces.
Tienes la sensación
que aunque te transformes en enredadera,
aunque logres trepar hasta su ventana.
Aunque alcances a ser luciérnaga o paloma
y colarte por su balcón,
no han de prestarte ni atención.
Su corazón estará como un témpano de frío.

Entonces te vuelves silbando, y pensando…

Tal vez somos así,
y esa es nuestra esencia…
Tal vez, simplemente,
nos acomodamos en donde se podía.

Volvemos a casa a poner cierto disco,
ovamos a un trabajo la más solitario posible.
Tal vez, como sereno en un garage.
Cuidando de madrugadas coches que duermen.
Escuchamos la radio,
y a veces hasta hacemos un llamado.

Por el parlante un tipo que habla bien,
dice que cada cual es lo que quiere ser.
No sé entonces que nos pasa
que tratamos de acercarnos,
y los otros es como que se van.
Que no queremos entender que la carrera se largó,
Y nosotros seguimos parados aquí,
mirándonos los pies.

Quien trepará hasta tu ventana
y logrará entregarte el amor real
Lito Nebbia ​

 

Es la esencia de los que piensan de los que hacen poesia, el vivir muchas veces al margen de todo;ja belleza está en donde los demás no saben mirar.Felicitaciones