Maña.

Quieres ser más fuerte; el rey del mambo.
Pero tu molde se instituye como algo que te conviene y te concierne íntimamente.
En él te forjas. Es tu traje de neopreno y tus gafas de buzo.
Las aletas y las botellas de oxígeno, hombre-rana.


No ha lugar tu ascenso, puesto que no ordeñas vacas.


Has de volver a la granja. Al campo. Al latifundio...
Cada Momento es muy extenso. Como una finca. ¿ Como una antena parabólica ?
Como un tocadiscos... Como un paraguas.
No se sabe a ciencia cierta. Pero te sentirás incómodo.


Mientras que te acostumbras a esa fauna, y esa flora.





¿ Eres un animal ?
¿ Eres un ave ?
¿ Un olivo, un cactus, un almendro ?
¿ Quieres crecer, en el silencio del mapa del mundo ?


Amante de la Poesía, que es Madre Naturaleza. Sé rural, o marítimo y costero.


Sé serrano y hortelano.
Pastor, granjero.
Sé artesano.
Haz faenas. Ten jornadas laboriosas y...


Eso es el Mambo. Es tu oficio. ¿ Lo dominas ? ¿ Rey del taller ? ¿ Rey de los patines ?


¿ Rey de la guitarra española ?
¿ Rey de la cocina ?
Cheff, o algo así.
Pericia; habilidad. Más vale maña que fuerza, entonces.

 

Sí, más vale maña que fuerza, pero que lástima que la mayoría de los votos hagan fuertes a quienes tienen mañas mañas...
Un gusto acompañar.
Alegres mañas dejen paz.
Vidal

 

Si se utilizan las mañas en forma provechosa, doble resultado de beneficiencia: y cuàdruple si se aprecia con la òptica de unos gemelos.
Siempre ingeniosos tus versos que semejan enjambres de colores en la cùspide de una ola subterranea, dispuesta a brotar por el cràter de un volcàn para salir de su hibernaciòn tectònica.
Siempre entretenido y provechoso leerte.
Mi respeto a tu versàtil pensamiento y creatividad.
Y mi saludo con afecto

 

¡ Gracias, compañeros !
Yo me esfuerzo.
Pero soy simple.
Entonces, saco eternidad, de esa sencillez.
Es por ello que ya, conozco el Infinito. O sea, el Mar.
Hablo con él, a menudo.